domingo, 18 de mayo de 2008

Cómo superar el fin del éxito

El pasado miércoles 14 de mayo tuvo lugar la presentación del libro Lágrimas por una medalla, escrito por la gimnasta Tania Lamarca, en colaboración con la periodista Cristina Gallo. El Ámbito Cultural de El Corte Inglés fue el lugar escogido para dar a conocer su trabajo a todos los medios de comunicación aragoneses.

La obra narra la historia de Tania Lamarca, una de las componentes del grupo de gimnasia rítmica que llegó al podium en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996. Nos cuenta el día a día de la protagonista desde que se levanta hasta que se acuesta. La dura lucha por llegar a convertirse en uno de los miembros del equipo nacional con serias limitaciones como su escasa altura. Una vida marcada por sus continuos problemas y obsesiones con la alimentación, por los duros entrenamientos diarios, y sobretodo por el abandono que sufrió, como muchos deportistas de élite, al terminar su etapa deportiva.


Lamarca asegura que padeció una tremenda depresión cuando le comunicaron que no podía seguir en la gimnasia rítmica y cuenta cómo “te preparan para llegar a lo más alto, cuando estás ahí te enseñan a mantenerte, pero cuando desciendes nadie te dice nada, y todos aquellos que un día te ayudaron a conseguir tu sueño, se olvidan por completo de tu existencia”. Esta es la cruda realidad de muchos deportistas de élite, que dedican los mejores años de su vida al deporte, perdiendo su formación académica decisiva para poder llevar una vida posterior con toda normalidad. Lamarca sintió que no servía para nada ya que para lo único que había sido enseñada era para entrenar y para ganar.

Tania reconoce que le ha costado doce años poder hablar de su propia historia, ya que no estaba preparada para ello. Lágrimas por una medalla trata de humanizar la vida de esta desconocida, que un día rozó el cielo y al día siguiente sintió que su vida no tenía sentido. Un esfuerzo marcado por el sufrimiento y las lágrimas que quedó reducido a un trozo de metal, que aún guardado en la mejor de las estanterías, sólo es eso, un pequeño metal que un día significó algo.

3 comentarios:

pacochavalote dijo...

Me has dejado un poco triste, pobre chica.
El deporte de élite es así de duro y muchas veces sólo se muestra el éxito.

Elena García dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Elena García dijo...

Es lo que tiene el deporte...Lo dejas todo sin plantearte que llegará un día que lo tengas que abandonar y a ver qué haces entonces.
Me ha gustado mucho tu post y tu forma de escribir. Sigue así, garrapinillense!!
(Por cierto, algo he tocado que he borrado el comentario anterior. Era mío).